El vino blanco seco es el caldo para todos y para todo.
La mayoría del vino blanco que se produce es de este tipo y es tan popular que suele llamársele vino de mesa.
Es el que tiene el sabor más neutro de todos los vinos blancos, por lo que combina con todo tipo de platos.
Lo más recomendable es acompañarlo con platos menos consistentes, por ejemplo entrantes como arroces, ensaladas, pollo, mariscos y pescados blancos.
También maridan bien con quesos grasos y tiernos.
¿Qué es el vino blanco seco?
El vino blanco seco es un caldo con poco o nada de azúcar residual; con exactitud, menos de 4 gramos por litro.
El azúcar residual es un subproducto natural del proceso de elaboración del vino, que involucra el jugo de la uva (que tiene azúcar natural), la fermentación y la levadura.
Para asegurarse que el vino tenga un bajo contenido de azúcar residual, hay que permitir que la levadura haga su trabajo completo.
Cuando un productor detiene la fermentación del caldo antes de que la levadura tenga tiempo de consumir toda el azúcar, queda azúcar residual en el vino, por lo que sería un vino dulce.
En cambio, si el vinicultor deja que la levadura complete su trabajo, el resultado obtenido será un vino seco pues la mayoría de sus azúcares se habrán convertido en alcohol.
Debido a su falta de dulzura, la característica más notable de este tipo de vino es su acidez.
Además, sus aromas tienen a ser especiados o herbáceos, a diferencia de los dulces que suelen ser afrutados.
Clasificaciones de vino blanco seco
Tal como ocurre con el vino blanco dulce, existen dos variedades, el vino semi-seco y el seco.
- Semi-seco: es un vino que contiene un poco de azúcar residual. En este caso, las cantidades suelen ser de entre 5 y 15 gramos de azúcar por litro.
- Seco: es un vino que no tiene azúcar residual o tiene muy poca. Llevan menos de 5 gramos por litro de azúcares.
Variedades del vino blanco seco
Existen muchas variedades de uvas blancas y cada una produce un tipo de caldo diferente. Para producir el vino blanco seco se suelen utilizar unas uvas específicas como:
Sauvignon Blanc
Este es el vino blanco preferido por muchas personas. Tiene una acidez en boca refrescante y aromas picantes, así como la capacidad de limpiar el paladar.
Es ideal para acompañar sabores intensos como especias o ajo, así como alimentos picantes.
Albariño
Este vino tiene un ácido brillante, así como sabores refrescantes de cítricos.
Tiene un carácter afrutado, lo que deja claro que la frutosidad no debe asociarse con la dulzura.
Es perfecto para acompañar mariscos.
Chardonnay
Este es otro de los vinos blancos secos más conocidos y de los que más gustan.
Es un caldo de sabor consistente y cuerpo suave. El que se produce en Borgoña (Francia) es quizá el mejor. Su acidez es similar al de la manzana verde.
Además es muy versátil e ideal para acompañar pescados blancos, grillados y ahumados, platos vegetarianos, pastas, pollo asado, etc.
Pinot Blanc
Esta uva es una mutación genética del Pinot Noir y se utiliza para producir vino blanco seco.
Tiene una acidez alta, notas de manzanas y almendras.
Su perfil de sabor es parecido al del Chardonnay.